Lo sé. Tú no vas por la calle pensando "ojalá me encuentre a un buen consultor". Lo entiendo. Quieres sentirte mejor, aumentar tu atractivo, mejorar tu forma física o ligar más. Si tienes hijos adolescentes tu principal preocupación será conseguir que te hablen y te expliquen sus cosas. Desde luego, te dediques a lo que te dediques, conseguir que tu hijo adolescente te explique sus problemas será el trabajo más difícil que harás durante el día.
Y también le darás vueltas a cómo tu negocio, tu departamento o tu equipo pueden funcionar mejor. Aumentar las ventas, mejorar el servicio a cliente. Y que esa idea a la que llevas semanas dándole vueltas se transforme en realidad. Pero no tienes todavía del todo claro cómo.
Pero encontrar un buen consultor, eso no lo vas pensando por la calle.
Henry Ford dijo "si le hubiese preguntado a la gente lo que quería me hubiesen dicho que querían un caballo más rápido". No es que las personas no sepan lo que quieren. Las personas quieren ir de un punto a otro de la manera más rápida y cómoda posible. Pero si sólo han visto caballos, creen que necesitan un caballo más rápido.
Ése es el trabajo de un consultor. Conocer dónde estás, dónde quieres llegar y encontrar la manera para llegar.
- ¿Cómo trabajaremos juntos?
Lo primero que necesito es entender perfectamente tu negocio, tu trabajo, tu departamento, tu idea. Tiene muchas peculiaridades y tiene sus circunstancias. Tengo que entender tu modelo de negocio, tus clientes actuales, tus clientes potenciales, qué problema solucionas, cómo lo soluciona la competencia, cómo te diferencias de la competencia, hacia dónde quieres ir, dónde quieres llegar...
Empezaremos con un correo. Me escribirás explicándome tu situación y qué te preocupa.
Tras analizar ese correo y ver si me encaja trabajar contigo tendremos una sesión de 90 minutos.
En una semana tendrás un análisis de tu negocio, de tu trabajo, de tu departamento, de tu idea.
- ¿En qué consiste ese análisis?
No te esperes un análisis de amenazas, oportunidades, debilidades y fortalezas (el típico DAFO que no sirve para nada). No quiero hacerte perder el tiempo, ni el dinero. Estamos hablando de:
1.- Un análisis de dónde estás ahora en este momento.
2.- Una estrategia de cómo llegar a donde quieres llegar.
3.- Un plan de acción con acciones concretas.
Es decir, al acabar sabrás exactamente qué pasos hacer para seguir avanzando.
- ¿Qué aspectos tocaremos?
El análisis se centrará especialmente en las áreas de ventas, comunicación, compras, producción y tecnología.
- ¿Con una sesión de 90 minutos es suficiente?
En la mayoría de casos sí. Puede parecerte raro pero después de haber analizado cientos de negocios llegas detectar rápido cuáles son las cosas en común con otros negocios y cuales son las peculiaridades del tuyo. ¿Te suena la regla del 80-20? Pues aplica también al análisis de negocios e ideas. El 80% es bastante común a todos y hay un 20% que es la clave que hay que descubrir en cada uno. De todas formas, no voy a encender en cronómetro al empezar.
- ¿Por qué tardas una semana en dar el análisis entonces?
Para darle tiempo a mi cerebro a procesar toda la información, a hacer conexiones y a elaborar el mejor plan. ¿Te ha pasado alguna vez despertarte en medio de la noche con una solución a un problema que llevas días dándole vueltas? Es el subconsciente. Trabaja mucho mejor que el consciente. Nos pasa a todos. A mí también. Y hay que darle algo de tiempo.
- ¿Recibiré el típico PowerPoint que hacéis los consultores?
No. Llevo casi 20 años en esto de la consultoría, así que te aseguro que he hecho miles de PowerPoints. Y he visto y leído algunos miles más. Y, como tú, sé que no sirven para nada. El análisis lo entregaré de la forma que mejor se adapte a ti. Puede ser un audio, un vídeo, un email un escrito en Word, una planificación en Trello... Cómo te entrego el análisis es lo de menos. Lo que tiene valor es el contenido del análisis y la estrategia que sacarás de eso.
- ¿Cuánto cuesta?
550€ (665,50€ cuando añadas el IVA).
- ¿Si la sesión dura más de 90 minutos o necesitamos otra, aumentas el precio?
No. Como te he dicho, no encenderé el cronómetro. Mi experiencia me demuestra que en la mayoría de casos con 90 minutos es suficiente siempre que hablemos de lo que hay que hablar. Si nos ponemos a hablar de cómo han ido las vacaciones o de cómo está la familia, está claro que no. Piensa que me habrás enviado un correo previamente explicando ciertas cosas que yo ya habré analizado. Así que me preparo esa sesión con antelación. Mi trabajo es que no pierdas el tiempo (ni el dinero).
- ¿Haces factura del servicio?
Por supuesto.
- ¿Cuándo he de pagar y cómo?
Cuando cerremos la fecha de la sesión emitiré la factura del 100% y deberás abonarla antes de la sesión.
-¿Trabajas también con empresas?
Con empresas, con autónomos, con pequeños empresarios, con emprendedores. Si crees que puedo aportarte valor podemos trabajar juntos.
- ¿Por qué debo trabajar contigo?
Porque no voy a hacerte perder el tiempo y porque disfruto de mi trabajo. ¿Sabes cuando haces algo que te gusta, que te apasiona, te pones a hacerlo y cuando crees que llevas media horita miras el reloj y han pasado tres horas? ¿Y ni te has dado cuenta de que fuer ya está oscureciendo? Pues eso es lo que me pasa a mí con mi trabajo. También me pasa con otras cosas, no creas que no tengo vida. Pero con mi trabajo, me pasa.
- Quiero trabajar contigo.
Déjame tu email y te escribo: